El precandidato presidencial Miguel Uribe rechaza con contundencia la consulta promovida por el gobierno Petro, calificándola como un chantaje político disfrazado de participación ciudadana.
En un pronunciamiento categórico, el precandidato presidencial del Centro Democrático dejó claro que la consulta popular anunciada por el presidente Gustavo Petro no tiene futuro.
Desde su intervención pública, aseguró que Colombia no puede caer en el autoritarismo ni permitir que el engaño político se imponga sobre la democracia.
La consulta popular no es democracia, es corrupción y politiquería
Miguel Uribe advirtió que la consulta no busca mejorar las condiciones laborales, como pretende hacer creer el Gobierno, sino que es una maniobra para consolidar un proyecto autoritario con base en el clientelismo, el chantaje y la desinformación.
Uribe fue directo al señalar:
- El gobierno de Petro tiene el mayor número de contratos por prestación de servicios en la historia del país.
- Ocho de cada diez indígenas siguen en la informalidad, y ni la reforma ni la consulta lo resuelven.
- En medio de una crisis fiscal sin precedentes, la consulta costaría billones de pesos que pagarán los ciudadanos.
Este gobierno negoció lo innegociable: la seguridad
Uribe denunció además el deterioro de la seguridad en Colombia, que, según él, ha sido facilitado por la complicidad del gobierno actual con estructuras criminales:
- El terrorismo, los secuestros y las extorsiones avanzan sin freno.
- Cada día que Petro está en la presidencia, Colombia se desangra.
- Hemos regresado a lo peor de la guerra, advirtió.
Un llamado a la defensa de las instituciones
Con este mensaje, Miguel Uribe no solo rechaza de forma tajante la consulta propuesta por el presidente Petro, sino que también reafirma su compromiso con la defensa de la democracia, las instituciones y el bienestar de los colombianos.
En un país que enfrenta graves desafíos de seguridad, empleo y gobernabilidad, Uribe hace un llamado a la ciudadanía a mantenerse firme, informada y activa frente a lo que califica como un intento desesperado del oficialismo por aferrarse al poder.
