En un nuevo revés para el Gobierno Nacional, el Senado de la República ha hundido la reforma laboral impulsada por el presidente Gustavo Petro, la cual, según sus opositores, habría destruido hasta 500 mil empleos formales y obligado a más de dos millones de personas a la informalidad, afectando principalmente a jóvenes y mujeres.
El precandidato presidencial Miguel Uribe reconoció la labor de los ocho congresistas que votaron en contra del proyecto y defendió la decisión tomada en el legislativo como una muestra de respeto por las instituciones democráticas del país.
Asimismo, rechazó la respuesta del presidente Petro, calificándola de “déspota, autoritaria y violenta”.
Uribe aseguró que está dispuesto a continuar el debate sobre este tema, ya sea en el Senado o en las calles, confiando en que “el pueblo colombiano lo volverá a derrotar”.
Además, anunció que estará atento a los decretos que el Gobierno expida tras este revés legislativo y advirtió que, de ser necesario, los demandará para proteger el empleo y el tejido productivo del país.
El hundimiento de la reforma laboral marca un punto de tensión entre el Ejecutivo y el Congreso, en medio de un clima político cada vez más polarizado en Colombia.