
El proyecto de ley “Por la cual se adoptan medidas para contribuir al bienestar del sector cafetero, se incentiva el consumo interno, se autoriza la creación del programa de donación Quiero a los cafeteros y se declara el café como bebida nacional” tiene como propósito fundamental implementar una política pública que garantice mejores condiciones sociales para los productores y recolectores de café en Colombia.
Durante décadas, el café ha sido símbolo de progreso, unidad social y motor económico para el país.
Sin embargo, desde los años 80, este importante sector productivo enfrenta grandes retos que ponen en riesgo su sostenibilidad y su valiosa cultura.
Por ello, esta iniciativa busca una intervención estatal decidida para corregir fallas estructurales, asegurar la producción esperada, proteger el empleo rural y fortalecer la identidad cultural cafetera que nos une a todos los colombianos.
Este documento se desarrolla en tres secciones: primero, un contexto general sobre el café en Colombia; segundo, un análisis del mercado laboral cafetero; y finalmente, una reflexión comparativa con otros grandes productores de café en el mundo.
Contexto del Café en Colombia
El Mercado Cafetero
El mercado internacional del café ha experimentado una transformación acelerada en las últimas décadas, impulsada por países como Brasil y Vietnam, que han aumentado considerablemente su productividad por hectárea. Sin embargo, Colombia presenta un panorama opuesto: los costos de producción han aumentado, la mano de obra disponible se reduce y la productividad ha caído.
Para ilustrar, en 1992 Colombia alcanzó su pico histórico con 16 millones de sacos producidos, pero para 2022 la producción cayó a 15.2 millones, lo que representa una disminución del 21%. La participación del país en el mercado mundial pasó de un 17.8% en los 90 a solo 8.6% en la segunda mitad de la década de 2010.
Cabe destacar que el 96% de los productores cafeteros en Colombia tienen menos de 5 hectáreas y representan cerca del 70% de la producción nacional.
Esto resalta la necesidad urgente de garantizar estabilidad en sus ingresos y seguridad social, incentivando la apertura de nuevas unidades productivas y promoviendo el relevo generacional en la caficultura.
Crisis Estructural y Competencia Internacional
Los pequeños productores enfrentan pérdidas constantes, ya que en muchas regiones el costo de producción supera el precio de venta en más del 40%, lo que ha provocado que muchos cambien a cultivos alternativos más rentables como el cacao o el plátano.
Además, a pesar del programa de Protección al Ingreso Cafetero (PIC), la producción no es rentable en varias zonas, especialmente fuera del tradicional eje cafetero, donde la garantía de compra no funciona bien, y los caficultores se ven obligados a acudir a mercados informales.
Consumo Interno
A pesar de programas como “Toma Café”, el consumo interno de café no ha vuelto a los niveles de los años 80, en parte por la falta de incentivos y calidad en el producto nacional. Colombia ha importado casi 500 mil toneladas de café verde entre 2010 y 2022, perdiendo recursos que podrían beneficiar directamente a los caficultores.
Por eso, la ley propone impulsar el consumo local a través de campañas, creación de denominaciones de origen y promoción de cafés especiales para cambiar los hábitos de consumo y valorizar el café colombiano.
Mercado Laboral Cafetero
La crisis del sector no solo afecta la producción sino también el empleo rural. La agricultura en Colombia ha disminuido su peso en el PIB y en el empleo total durante las últimas décadas, reflejando una migración de la población rural hacia las ciudades debido a la violencia, falta de oportunidades y mejores condiciones urbanas.
En 1981, el sector agrícola representaba el 19,4% del PIB, mientras que para 2020 bajó al 7,6%. La fuerza laboral agrícola también disminuyó, con un éxodo importante de jóvenes hacia áreas urbanas, dejando una población rural envejecida y en declive.
El estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) muestra que la demanda de mano de obra para la caficultura seguirá reduciéndose si no se generan condiciones laborales y sociales óptimas. Por eso, esta ley busca formalizar y estabilizar el empleo en el campo cafetero, asegurando seguridad social para productores y recolectores y fortaleciendo la actividad rural.
Reflexiones Comparativas: Brasil y Otros Productores
Brasil, principal competidor en el mercado mundial, ha incrementado su producción en un 86% en dos décadas, pasando de 27 a 58 millones de sacos, triplicando su productividad por hectárea. Su crecimiento agrícola supera el promedio nacional y su participación en el mercado internacional aumentó del 29% al 35%.
En contraste, Colombia ha visto una reducción en su producción y productividad, además de perder participación en el mercado global.
La productividad cafetera colombiana es apenas la mitad de la brasileña, lo que evidencia la urgencia de aplicar reformas estructurales para asegurar la viabilidad futura del sector.
Conclusión: Por qué esta Ley es Vital para el Café Colombiano
Este proyecto de ley es un paso fundamental para revitalizar el sector cafetero en Colombia, proteger el bienestar de sus productores y recolectores, y fomentar un consumo interno que valore nuestra bebida nacional: el café.
Al declarar el café como bebida nacional y crear el programa de donación “Quiero a los cafeteros”, se establece un compromiso claro con la sostenibilidad social, económica y cultural de uno de los sectores más emblemáticos del país.
Con esta ley, Colombia puede recuperar su posición en el mercado internacional, mejorar las condiciones laborales rurales, y preservar la tradición cafetera que representa no solo una fuente de ingresos, sino también un orgullo nacional.
Lea el Proyecto de Ley completo aquí. https://leyes.senado.gov.co/proyectos/images/documentos/Textos%20Radicados/proyectos%20de%20ley/2023%20-%202024/PL%20154-23%20Sector%20Cafetero.pdf